jueves, 10 de abril de 2008

Literalmente un saber universal


Normalmente me toma una hora o una hora y veinte minutos el ir en micro de la universidad a mi casa (caso diferente en el trayecto contrario, el cual me toma cuarenta y cinco minutos debido a mis poco tolerados hábitos madrugadores), así que siempre busco algo que hacer para pasar el tiempo. Dormir siempre es mi mejor opción (¿cuándo no lo es?), pero hay veces que no tengo sueño y debo distraerme de otra forma; leer separatas no es de mi agrado, por lo que eso también queda descartado. La única actividad (aparte del sueño; tema sobre el que ahondaré en otra oportunidad) que realmente me satisface es observar a las personas, tan simple como eso. Claro que esto no lo hago únicamente en el micro, pero pienso que es uno de los mejores lugares para hacerlo.


Primero trato de conseguir un asiento junto a una ventana y luego dejo que mi mirada deambule por las calles hasta encontrar distintos tipos de personas (no me concentro en rubias con cuerpos esculturales; misteriosamente no se ven muchas por la vía pública), alguien que capte mi atención de manera inconsciente y que me haga pensar diferentes cosas. Por lo general comienzo intentando descifrar la edad de la persona y de ahí me traslado a ámbitos más personales de su vida, en los cuales reflexiono en base a preguntas concretas, preguntas como estas: ¿adónde irá?, ¿estudiará?, ¿trabajará?, ¿estará casado(a)?, ¿tendrá hijos?, ¿dónde habrá nacido?, ¿qué habrá vivido?


Hay algo particular que me encanta de esto, y eso es comprender que personas las hay por montones, y experiencias las hay en mucha mayor cantidad. Siento unas ganas increíbles de nutrirme con las vivencias de cada ser humano, de conocer de su vida en tanto me sea posible, de descifrarlo no como se haría con un acertijo o una adivinanza, sino como una criatura llena de misterios y conocimiento adquiridos a lo largo de su existencia, sea esta larga o corta. Hay mucho por aprender y muchos de quién aprenderlo.

1 comentario:

Natalie Dowsley dijo...

creo que tu maturidad es algo belo...son pocas las personas que (puedo hablar en portugués?)...
são poucas as pessoas que, chegando à idade adulta, mantém o espírito infantil, a criatividade, a bondade, a curiosidade saudável e pura das crianças.
Parabéns.
Tuas palavras me fizeram relembrar a minha infância quando, em viagens, sempre ficava na janela (ventana) olhando as pessoas e admirando-as...
Grande abraço!
hasta luego!