Desde que puedo recordar he tenido un amor casi patológico por el tiempo y sus variantes; me encantan las novelas con rupturas en la cronología (La ciudad y los perros, por ejemplo), películas no lineales (como Memento), juegos de toda clase con relaciones temporales (Zelda - Ocarina of time), etc. Pero mi mayor afán se vincula con la manipulación del tiempo, el poder controlarlo de tal manera que pueda retrocederlo, detenerlo o avanzarlo, a pesar de que sea físicamente imposible (y probablemente se mantenga de esa manera por siempre). Disfrutaría muchísimo el revivir cada una de mis mejores experiencias o arreglar los errores que cometí en el pasado, así como verme a mí mismo en unos años y saber qué me depara el futuro, o inmovilizarlo todo para aprovechar cada segundo. Por el momento, la mejor máquina del tiempo que todos poseemos es la mente, tal vez no capaz de enviarnos al futuro o de hacernos permanecer en el presente, pero sí de trasladarnos al pasado por medio de nuestros recuerdos.
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